jueves, 22 de diciembre de 2011

No es serio este cementerio

Nunca había entrada en un cementerio sin más intención que despedir a alguien muy, muy querido y reitero lo de muy porque en la medida de lo posible evito ese momento final, donde tenemos que presenciar cómo la tierra se traga lo que queda de nosotros.
Pero hoy he entrado en el cementerio de la Recoleta, no estaba en mis planes, pero bueno en verdad no tengo muchos planes, este viaje va surgiendo así, y me alegro porque al traspasar la puerta en seguida sentí la calma y el placer del silencio, que contrastaba por completo con el caos que dejaba fuera.
Me ha encantado la experiencia de pasear por sus calles, repletas de monumentos mortuorios de lo más barroco, son como mini casitas, todas ordenadas, algunas tienen hasta llamador, cómo si esperasen una visita eterna, sin prisas, sin urgencias, y me viene a la cabeza una y otra vez la canción de mecano, de está vivo este cementerio y es que creo que si, que cuando se cierran sus puertas y nos vamos los paseantes, (iba a poner turistas, pero me ha parecido poco poético), ellos salen de sus tepuy-casitas a compartir unos mates y a bailar sobre sus tumbas.


1 comentario:

  1. Es bonito, las figuras, mausoleos, pero...uuffff da escalofríos pensar en ese lugar durante una noche con tormenta....
    No deja de ser curioso....

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