Esta claro que el idioma es una gran barrera, pero creo que aun son mayores las diferencias culturales.
Me vuelvo con la sensación de haber hecho turismo del típico, sin poder llegar a mezclarme o profundizar en esta cultura tan diferente, sin poder preguntar o conocer cosas como por ejemplo lo que escuchan en la radio los taxistas, a todo volumen, que suena a discurso alienador de dictador cabreado, o por lo menos en mi cabeza, me encantaría saber que cobran las manadas de chinos que limpian las calles, ya que escoba en mano retiran todo tipo de colillas y restos que algún despistado haya tirado al suelo o quizás todos lo tiran al suelo, lo cierto es que las calles están limpísimas, aunque a mi Pekín en concreto, me sigue pareciendo una ciudad gris, quizás por la contaminación o por los edificios de estética soviética o yo que se, puede que sea cierto que el sol de España es diferente.
Y una mención especial a los escupitajos tamaño charco con los que riegan la calle alegremente, el primero te sorprende, unos cuantos después te dan ataques de risa, pero al final ya puedes llegar a ponerte el sonido de polítono del móvil, que ascazo, ni que decir tiene los quiebros de cadera que nos hemos marcado para esquivarlos.
Todo esto y mucho mas, pero también cosas positivas, porque yo creo que viajar te abre la mente, lo cual siempre es bueno.
Shangai se esta perfilando como el Nueva York de Oriente y Pekín es la cantera de millones de chinos en la línea de salida en cuanto den el pistolerazo y empiecen a correr nos invaden fijo.
Lo dicho si tenéis ocasión no dejéis de visitar China, es genial descubrir por ti mismo que no todos somos iguales, menos mal..
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