Aprovechando ya mis últimas horas en Seúl, me invade la pereza de pensar en el largo viaje de vuelta y en acabar las vacaciones por supuesto.
La experiencia súper positiva, salir de casa, viajar, reencontrarme con buenos amigos y poder conocer otro continente, otra cultura, otro país, me encanta.
Y como conclusiones de Seúl os diré:
Que es una enorme urbe, muy moderna con grandes rascacielos, con multitud de pantallas gigantes adornando la ciudad, con avenidas anchísimas y con mucho tráfico, pero dentro de lo que cabe bastante fluido, la flota automovilística es relativamente nueva, no se ven coches viejos o desvencijados.
Pero en la misma ciudad puedes encontrar rincones y palacios antiguos, pagodas y templos budistas que conviven en perfecta armonía con los edificios más modernos.
Los coreanos, que deciros, habrá de todo como en todos los lados, pero a mi no me resultaron del todo muy afables, esa falta de feeling estaba presente en el camarero, en la dependienta del supermercado, en la del puesto de souvenirs…en general no son muy permeables a las emociones.
En cuánto a la vida nocturna y diurna, sus calles y mercados están siempre animados, llenos de gente, los bares y restaurantes siempre a rebosar de gente, sus calles peatonales llenas de vida, las tiendas abiertas hasta altas horas de la noche, se puede comer a cualquier hora del día.
En cuanto a ser un occidental en Seúl no es nada raro, pero tampoco muy habitual, aún puedes sentir que te miran con extrañeza, y no te digo nada de los bebes occidentales, les encantan.
Por supuesto animaros a todos a venir, Seúl aunque aún no está en el top teen de los destinos dentro de Asia va ganando puntos rápidamente y además si tenéis la suerte cómo yo de contar con unos buenísimos anfitriones y mejores amigos, la experiencia será estupenda y ya desde aquí siempre puedes hacer escapaditas más cercanas cómo China, Japón y alguna más.
domingo, 13 de mayo de 2012
viernes, 11 de mayo de 2012
China, pequeñas conclusiones
Esta claro que el idioma es una gran barrera, pero creo que aun son mayores las diferencias culturales.
Me vuelvo con la sensación de haber hecho turismo del típico, sin poder llegar a mezclarme o profundizar en esta cultura tan diferente, sin poder preguntar o conocer cosas como por ejemplo lo que escuchan en la radio los taxistas, a todo volumen, que suena a discurso alienador de dictador cabreado, o por lo menos en mi cabeza, me encantaría saber que cobran las manadas de chinos que limpian las calles, ya que escoba en mano retiran todo tipo de colillas y restos que algún despistado haya tirado al suelo o quizás todos lo tiran al suelo, lo cierto es que las calles están limpísimas, aunque a mi Pekín en concreto, me sigue pareciendo una ciudad gris, quizás por la contaminación o por los edificios de estética soviética o yo que se, puede que sea cierto que el sol de España es diferente.
Y una mención especial a los escupitajos tamaño charco con los que riegan la calle alegremente, el primero te sorprende, unos cuantos después te dan ataques de risa, pero al final ya puedes llegar a ponerte el sonido de polítono del móvil, que ascazo, ni que decir tiene los quiebros de cadera que nos hemos marcado para esquivarlos.
Todo esto y mucho mas, pero también cosas positivas, porque yo creo que viajar te abre la mente, lo cual siempre es bueno.
Shangai se esta perfilando como el Nueva York de Oriente y Pekín es la cantera de millones de chinos en la línea de salida en cuanto den el pistolerazo y empiecen a correr nos invaden fijo.
Lo dicho si tenéis ocasión no dejéis de visitar China, es genial descubrir por ti mismo que no todos somos iguales, menos mal..
jueves, 10 de mayo de 2012
PEKIN, the great wall, UN CUENTO CHINO
Ahora os tendría que contar lo estupenda y maravillosa que es la muralla China, pero la verdad que en estos momentos la decepción me embarga, si, las vistas son maravillosas, pero poco mas, porque después de venir hasta aquí, después del madrugón para no pillar el solazo del mediodía, del viaje en coche, hora y media desde Pekín y a pesar de haberme informado bien, de que me dijeran cual era el trozo accesible y efectivamente de ver varios cartelitos con el dibujo de la silla de ruedas, UN CUENTO CHINO.
Hemos salvado las primeras súper cuestas hasta llegar al funicular, hemos desarrollado todo nuestro despliegue en desmontar y en encajar la silla por piezas en la mini cabina, que no he visto cosa igual de pequeña, y hemos llegado arriba, lo que prometía quedar como anécdota se ha convertido en decepción, de aquí no puedo pasar, empiezan las escaleras, los adoquines y las pendientes infinitas, y aunque cada una de esas cosas es salvable en individual, todas juntas es mas que imposible, así que aquí estoy al solillo, canalizando mi decepción en este post y esperando a que Chata lo disfrute por las dos.
Y la conclusión de Chata es, que mejor os vayáis a ver la muralla de Ávila, que esta mas cerca y se come mejor, pero esto lo dice porque se ha armado de valor para subirse en el huevo, que a ella todo lo que despegue del suelo... Pero lo ha hecho desde el amor, que es la mejor manera de hacer las cosas, y por acompañarme ha subido del tirón, abrazo de ternura, carita sonriente.
Y de aquí al palacio de verano, que es un inmenso parque, con lago incluido, artificial, eso si, lleno de barquitas al más puro estilo retiro madrileño, pero multiplicado por 1000 e invadido de chinos, ¿pero cuántos son?, así que nos hemos montado en el barco, tenderete otra vez, y hemos cruzado para pasear por los jardines y ver los distintos palacios, os vuelvo a remitir a la Wikipedia, tiene su historia el lugar, y debajo de una árbol nos hemos comido unos bocatas, mientras los chinos de alrededor comían botes de nugels y nos hemos vuelto a por el coche.
Estábamos agotadas, pero no nos hemos podido resistir darnos una vuelta por el estadio olímpico, que de verdad es impresionante, aunque no se hasta que punto lo utilizarán ahora, está bastante a desmano.
Y cómo un paseo nocturno con cena incluida por la calle más fotografiada de Pekín, la calle Wangfujing, que esta llena de carteles de neon y en una de sus bocacalles están los típicos puestos con escarabajos, larvas, murciélagos…guay para la foto pero poco más. Y lo mejor para el final, nos hemos subido en un triciclo, la verdad que en nuestra desesperación por para un taxi sin éxito, nos ha venido Dios a ver al pararnos un conductor muy majete y ofrecerse a llevarnos, contaros que todo un numero, apenas caben dos personas y sujetando la silla a pulso entre el conductor y nosotras, divertidísimo.
Hemos salvado las primeras súper cuestas hasta llegar al funicular, hemos desarrollado todo nuestro despliegue en desmontar y en encajar la silla por piezas en la mini cabina, que no he visto cosa igual de pequeña, y hemos llegado arriba, lo que prometía quedar como anécdota se ha convertido en decepción, de aquí no puedo pasar, empiezan las escaleras, los adoquines y las pendientes infinitas, y aunque cada una de esas cosas es salvable en individual, todas juntas es mas que imposible, así que aquí estoy al solillo, canalizando mi decepción en este post y esperando a que Chata lo disfrute por las dos.
Y la conclusión de Chata es, que mejor os vayáis a ver la muralla de Ávila, que esta mas cerca y se come mejor, pero esto lo dice porque se ha armado de valor para subirse en el huevo, que a ella todo lo que despegue del suelo... Pero lo ha hecho desde el amor, que es la mejor manera de hacer las cosas, y por acompañarme ha subido del tirón, abrazo de ternura, carita sonriente.
Y de aquí al palacio de verano, que es un inmenso parque, con lago incluido, artificial, eso si, lleno de barquitas al más puro estilo retiro madrileño, pero multiplicado por 1000 e invadido de chinos, ¿pero cuántos son?, así que nos hemos montado en el barco, tenderete otra vez, y hemos cruzado para pasear por los jardines y ver los distintos palacios, os vuelvo a remitir a la Wikipedia, tiene su historia el lugar, y debajo de una árbol nos hemos comido unos bocatas, mientras los chinos de alrededor comían botes de nugels y nos hemos vuelto a por el coche.
Estábamos agotadas, pero no nos hemos podido resistir darnos una vuelta por el estadio olímpico, que de verdad es impresionante, aunque no se hasta que punto lo utilizarán ahora, está bastante a desmano.
Y cómo un paseo nocturno con cena incluida por la calle más fotografiada de Pekín, la calle Wangfujing, que esta llena de carteles de neon y en una de sus bocacalles están los típicos puestos con escarabajos, larvas, murciélagos…guay para la foto pero poco más. Y lo mejor para el final, nos hemos subido en un triciclo, la verdad que en nuestra desesperación por para un taxi sin éxito, nos ha venido Dios a ver al pararnos un conductor muy majete y ofrecerse a llevarnos, contaros que todo un numero, apenas caben dos personas y sujetando la silla a pulso entre el conductor y nosotras, divertidísimo.
PEKIN La plaza de Tiameng-La ciudad prohibida-El mercado de la seda-Los Hutong
Que os puedo contar de Pekín que no esté en la Wikipedia, pues mis impresiones que es de lo que se trata este blog, y ahí van, están locos estos chinos, hay millones por todas partes, y no es que no sepan nada de inglés, sino que te miran cómo si vinieses de Marte cuándo osas a preguntarles algo, además para moverte en taxi, hay que llevar la dirección apuntada en chino.
El tráfico merece una mención aparte, es caótico, las avenidas son inmensas de unos 4 carriles en cada sentido, más las motos y las bicis, y por supuesto lo de pitar debe de ser deporte nacional, todos pitan, da igual porqué, ellos pitan, en los pasos de cebra te la juegas, aunque esté el semáforo en verde, no paran, yo no se cuánto chinos mueren al año arrollados por coches, pero seguro que hay estadísticas.
Impresionada también estoy por los soldados-niños-policías que rodean la plaza de Tiamneg y la ciudad prohibida, tienen que estar lobotomizados para pasar horas, diría que en posición de firmes, pero es más que eso, parecen figuras de cera, impertérritos.
Y la propia ciudad prohibida es enorme, cómo no podía ser de otra manera en China, impresionante y escenario de la famosa película el último emperador.
Y sobre el mercado de seda, que contaros, que incluso para la persona más apasionada por las compras, y no estoy pensando en nadie, puede llegar a agobiar, primero por las miles y miles de falsificaciones de todo lo que te imaginas que hay, después porque las chinas no dejan de acosarte para que te compres, te pruebes, y cuando de verdad quieres algo, por el regateo agotador al que tienes que someterte, y te diré también que en esto del regateo es como en los casinos, la banca siempre gana, o esa es la impresión que tengo, que por muy contento que te vayas, sabes que ellos han hecho mejor negocio que tu.
Y por fin los Hutong, que en chino significa callejones, son los barrios del Pekín tradicional organizados en grandes manzanas de casas bajas, todas del mismo color gris, esto me ha gustado un montón, y aunque aún conserva su esencia del Pekín más auténtico empiezan a aflorar tienditas malasañeras, alternativas en calles estrechas, pero aún se aprecian la antigas tradiciones chinas. Aquí es muy típico darse un paseo en uno de los triciclos-bicicletas para poder callejear cómodamente.
Un día agotador de impresiones y contrastes pero muy satisfactorio.
El tráfico merece una mención aparte, es caótico, las avenidas son inmensas de unos 4 carriles en cada sentido, más las motos y las bicis, y por supuesto lo de pitar debe de ser deporte nacional, todos pitan, da igual porqué, ellos pitan, en los pasos de cebra te la juegas, aunque esté el semáforo en verde, no paran, yo no se cuánto chinos mueren al año arrollados por coches, pero seguro que hay estadísticas.
Impresionada también estoy por los soldados-niños-policías que rodean la plaza de Tiamneg y la ciudad prohibida, tienen que estar lobotomizados para pasar horas, diría que en posición de firmes, pero es más que eso, parecen figuras de cera, impertérritos.
Y la propia ciudad prohibida es enorme, cómo no podía ser de otra manera en China, impresionante y escenario de la famosa película el último emperador.
Y sobre el mercado de seda, que contaros, que incluso para la persona más apasionada por las compras, y no estoy pensando en nadie, puede llegar a agobiar, primero por las miles y miles de falsificaciones de todo lo que te imaginas que hay, después porque las chinas no dejan de acosarte para que te compres, te pruebes, y cuando de verdad quieres algo, por el regateo agotador al que tienes que someterte, y te diré también que en esto del regateo es como en los casinos, la banca siempre gana, o esa es la impresión que tengo, que por muy contento que te vayas, sabes que ellos han hecho mejor negocio que tu.
Y por fin los Hutong, que en chino significa callejones, son los barrios del Pekín tradicional organizados en grandes manzanas de casas bajas, todas del mismo color gris, esto me ha gustado un montón, y aunque aún conserva su esencia del Pekín más auténtico empiezan a aflorar tienditas malasañeras, alternativas en calles estrechas, pero aún se aprecian la antigas tradiciones chinas. Aquí es muy típico darse un paseo en uno de los triciclos-bicicletas para poder callejear cómodamente.
Un día agotador de impresiones y contrastes pero muy satisfactorio.
Shangai - Shanguay 2
Ya se que aún nos queda Pekín, lo que según todas las guías es el paraíso de las compras con su gran mercado de la seda, pero no nos hemos podido resistir y hemos buscado su sucedáneo en Shangai, por supuesto que lo hemos encontrado, una locura de 7 pisos con miles de puestos y de chinos queriéndote vender hasta a su madre si pudieran, lo llevan en la sangre y no me extraña porque para estar entre 10 y 11 horas al día, 7 días a la semana vendiendo y aguantando turistadas, tienes que estar hecho de otra pasta, es cierto que al principio nos daba como apurillo el tema regateo, pero que luego engancha, hasta verte regateando por algo que ni quieres, ni te gusta demasiado, sólo por el placer de rebajarles unos “wanes” al chino.
Y sobre todo contaros la mejor experiencia, la de los bolsos, ninguna de las que íbamos somos muy de marcas, pero hemos preguntado por las imitaciones y genial, todo el teatrillo que se montan, te llevan a una habitación con varios fondos, cierran puertas, y en la última detrás del expositor hay una puerta secreta dónde te sacan las imitaciones “buenas”, tan malas cómo las de fuera, yo creo, te piden un precio desorbitado y ahí empieza el juego, casi me voy con un gucci, que no me ha gustado mucho, pero porque de 1800 he conseguido bajárselo a 150, menos mal que no ha aceptado los 100 que yo la ofrecía, porque la verdad no me gustaba demasiado, pero ha sido divertido.
Que deciros que lo poco agrada y lo mucho cansa, hemos comprado lo justo, hemos pasado la mañana, hemos generado anécdotas divertidas que seguiremos recordando en cenas y quedadas futuras y nos hemos ido a hacer turismo de verdad, al templo del Buda de jade, que se trata de un templo budista de arquitectura tradicional china y que albergas varias figuras de Buda gigantes, otro remanso de paz rodeado de rascacielos en pleno centro de Shangai.
Y no me puedo resistir a hacer una recopilación de las mejores fotos del mundo-moto en China, ahi van.
Y sobre todo contaros la mejor experiencia, la de los bolsos, ninguna de las que íbamos somos muy de marcas, pero hemos preguntado por las imitaciones y genial, todo el teatrillo que se montan, te llevan a una habitación con varios fondos, cierran puertas, y en la última detrás del expositor hay una puerta secreta dónde te sacan las imitaciones “buenas”, tan malas cómo las de fuera, yo creo, te piden un precio desorbitado y ahí empieza el juego, casi me voy con un gucci, que no me ha gustado mucho, pero porque de 1800 he conseguido bajárselo a 150, menos mal que no ha aceptado los 100 que yo la ofrecía, porque la verdad no me gustaba demasiado, pero ha sido divertido.
Que deciros que lo poco agrada y lo mucho cansa, hemos comprado lo justo, hemos pasado la mañana, hemos generado anécdotas divertidas que seguiremos recordando en cenas y quedadas futuras y nos hemos ido a hacer turismo de verdad, al templo del Buda de jade, que se trata de un templo budista de arquitectura tradicional china y que albergas varias figuras de Buda gigantes, otro remanso de paz rodeado de rascacielos en pleno centro de Shangai.
Y no me puedo resistir a hacer una recopilación de las mejores fotos del mundo-moto en China, ahi van.
Shangai - Shanguay
Ya se que no leeréis esto hasta que no salgamos de este país comunista, pues tanto el blogspot, como el Facebook, como el Twiter y supongo que muchas otras páginas están restringidas aquí, así que ya he descubierto el lugar dónde hacer mi terapia de desintoxicación, en China, de momento está siendo fácil ya que Shangai es una ciudad enorme, con infinidad de rincones por descubrir.
Llegamos de noche y después de acomodarnos en el hotel, macro hotel en realidad y macro desayuno, pero a lo que vamos, nos fuimos a hacer una toma de contacto con la ciudad, nos cogimos un taxi y por menos de 5 euros estuvimos recorriendo la ciudad, alucinando con sus rascacielos, sus pantallas enormes, sus mil luces de colores y por su puesto su tráfico infernal, no sólo es caótico, super ruidoso, porque pitan sin cesar, sino que bastante peligroso, el “mundo moto”, nos ha alucinado, hay miles por todos los lados, desvencijadas, llenas de bultos, con niños y con abuelas, no paran en los pasos de cerebra ni con los semáforos en rojo, es flipante. Así que para asimilar las primeras impresiones nos tomamos unas cervecitas en una de las calles de moda atestadas de terrazas, os pondría el nombre pero la verdad, en chino para qué.
De las zonas a recomendar y más turísticas de Shangai empezamos por los jardines de Yuyuan, o la ciudad antigua, son edificios tradicionalmente chinos y muy bellos, atestados de gente paseando, comprando, vendiendo, comiendo, hemos visto turistas occidentales, pero la mayoría son chinos y lo primero que nos ha llamado la atención son los pantalones de los bebes, ya que llevan una abertura en el culete, entendemos que para cuando quieren hacer pipi o popo, pero no usan pañales, y los veíamos muy pequeños como para avisar…¿? os dejo foto y qué cada uno se haga su composición de lugar.
Los alrededores están llenos de mercadillos, con miles de cosas, dónde puedes disfrutar regateando con los chinos, dicho sea de paso mucho más amables que los coreanos.
La calle comercial de Nanjing, una inmensa avenida, casi peatonal, si no contamos el trenecito, los triciclos de la policía y bicis varias, atestada de tiendas, carteles, luces, miles de imputs que pueden llegar a saturarte la retina, cuenta con más de 600 establecimientos y centros comerciales. Pero es un paseo agradable hasta llegar a la zona portuaria de Bound, que se extiende a la orilla del río Huangpu, es curioso ver el contrate entre los edificios coloniales de una orilla y los macro rascacielos de la otra, que forman el distrito financiero de Pudong, entre ellos el rascacielos de la TV, con dos inmensas bolas y que es muy típico en todas las postales de Shangai.
Buff, tengo tantas fotos, que es difícil elegir para el blog, pero os quiero poner esta, para que podais ver cómo a los chinos aún les llama la atención los occidentales, cosas cómo tener el pelo rizado, ir en silla de ruedas, y lo que más tener un bebe blanquito, pobre Gonzalete, le acosaron tanto que ni una estrella de Hollywood.
Llegamos de noche y después de acomodarnos en el hotel, macro hotel en realidad y macro desayuno, pero a lo que vamos, nos fuimos a hacer una toma de contacto con la ciudad, nos cogimos un taxi y por menos de 5 euros estuvimos recorriendo la ciudad, alucinando con sus rascacielos, sus pantallas enormes, sus mil luces de colores y por su puesto su tráfico infernal, no sólo es caótico, super ruidoso, porque pitan sin cesar, sino que bastante peligroso, el “mundo moto”, nos ha alucinado, hay miles por todos los lados, desvencijadas, llenas de bultos, con niños y con abuelas, no paran en los pasos de cerebra ni con los semáforos en rojo, es flipante. Así que para asimilar las primeras impresiones nos tomamos unas cervecitas en una de las calles de moda atestadas de terrazas, os pondría el nombre pero la verdad, en chino para qué.
De las zonas a recomendar y más turísticas de Shangai empezamos por los jardines de Yuyuan, o la ciudad antigua, son edificios tradicionalmente chinos y muy bellos, atestados de gente paseando, comprando, vendiendo, comiendo, hemos visto turistas occidentales, pero la mayoría son chinos y lo primero que nos ha llamado la atención son los pantalones de los bebes, ya que llevan una abertura en el culete, entendemos que para cuando quieren hacer pipi o popo, pero no usan pañales, y los veíamos muy pequeños como para avisar…¿? os dejo foto y qué cada uno se haga su composición de lugar.
Los alrededores están llenos de mercadillos, con miles de cosas, dónde puedes disfrutar regateando con los chinos, dicho sea de paso mucho más amables que los coreanos.
La calle comercial de Nanjing, una inmensa avenida, casi peatonal, si no contamos el trenecito, los triciclos de la policía y bicis varias, atestada de tiendas, carteles, luces, miles de imputs que pueden llegar a saturarte la retina, cuenta con más de 600 establecimientos y centros comerciales. Pero es un paseo agradable hasta llegar a la zona portuaria de Bound, que se extiende a la orilla del río Huangpu, es curioso ver el contrate entre los edificios coloniales de una orilla y los macro rascacielos de la otra, que forman el distrito financiero de Pudong, entre ellos el rascacielos de la TV, con dos inmensas bolas y que es muy típico en todas las postales de Shangai.
Buff, tengo tantas fotos, que es difícil elegir para el blog, pero os quiero poner esta, para que podais ver cómo a los chinos aún les llama la atención los occidentales, cosas cómo tener el pelo rizado, ir en silla de ruedas, y lo que más tener un bebe blanquito, pobre Gonzalete, le acosaron tanto que ni una estrella de Hollywood.
jueves, 3 de mayo de 2012
Cool Hunter
Desde el primer día no dejan de sorprenderme los coreanos, hay de todo cómo en todos los sitios y más entre 25 millones, pero la verdad es que a mi personalmente me llaman la atención, por sus formas, por sus vestimentas, por sus modales...en fin que es divertido ir por la calle observando y fijándote en cada detalle.
Para empezar las coreanas tienen la piel perfecta, o por lo menos usan cométicos que lo aparentan, es increible lo impecables que salen de casa, da igual de la tribu que sean, del look que usen, está todo super estudiado y además se gastan dinero en vestir, los bolsos de Louis Vuitton parece que los regalan, hemos llegado a subir en ascensores donde TODAS las mujeres iban con uno, todas menos nosotras, increible, y para el que crea que de imitación, ya os digo yo que no, originales.
Así que para poder documentar el post y para divertirnos también hemos ido recopilando fotos de gente, es divertido, aunque no del todo fácil, a nadie le hace mucha gracia que el extranjero de turno le saque fotos, pero hay algunas buenas, ahiu van.
La de los novios con el traje tradicional haciéndose posados en el palacio de los "Chuang".
Las lolitas encantadas de conocerse, con complemeto infantilizado, esto debe de ser cultural, porque yo no he visto más diademas de todos los tipos y colores por metro cuadrado y no penseis que sólo para las niñas, que va, también adultos de ambos sexos, ¿?
Las colegialas despistadas, con uniformes imposibles y mega cortos,eso si todas con deportivas.
Y no penseis que lo de cuidarse es sólo cosa de chicas, ellos también lleran un look de lo más estudiado, pantalones pitillo, flequillos abundantes y tintes imposibles.
Y hasta un coreano con bigote, que nos hizo reír un buen rato, mientras nos tomábamos una cerveza en la terraza de al lado, no se nos ve en la foto, pero lo prometo, estábamos al lado, después de un intenso día de "trabajo" de Cool Hunter en Seúl
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