Y por fin llegó la playa, unos días de descanso y relax sin
nada más que hacer que tomar el sol, bañarnos, mirar las olas y a los surfistas
que hábilmente las navegan, pasear, comer, beber…en fin un lujo.
El lugar elegido ha sido Puerto Escondido, en concreto la playa de Zicatela, bañada por las aguas del Pacífico,
asombrosamente cálidas. El lugar aún sin explotar por las grandes compañías
hoteleras, conserva su encanto de antaño, nuestra playa larga y de finísima
arena, casi desértica, por ser temporada baja, una maravilla, sus aguas algo
movidas para los bañistas de a pie y perfectas para los surfistas que llegan
hasta aquí en busca del famoso tubo mexicano. El ambiente perfecto para
relajarnos y disfrutar de las vistas. Nos alojamos en los Bungalows Zicatela,
enfrente de la playa, con una amplia piscina y personal muy amable, perfectamente
accesibles para mi, y muy baratos para nuestro concepto europeo de lo que puede
ser un hotel así de cerca del mar en España.
Parece que nuestro viaje va llegando a su fin y aún nos
quedan cosas que visitar en el DF y amigos a los que ver una última vez, por
eso nos regresamos, que sino, yo ya hubiese puesto “mi tienda de campaña” en
Puerto Escondido. Así que si alguno de los que me leéis estáis buscando destino
por el Pacífico, no lo dudéis.
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