Elisabeth, una baldosa amarilla

Es increíble cómo se va dando el camino, esto que os voy a contar, no tiene nada que ver con paisajes ni con lugares que visitar, no sale en las guías y nos puede pasar a cualquiera en cualquier lugar y momento, sólo hay que estar ligeramente despierto y atento a las señales.
El miércoles por la tarde estaba yo en la piscina del hotel de Carlos Paz, esperando a que esa tarde llegasen las chicas para seguir viajando al día siguiente, el caso es que estaba súper metida en mi libro “dónde el corazón te lleve” de Susanna Tamaro, gracias Olga por prestármelo, me ha encantado.
Y con mucha pena de acabarlo, pero es así, los libros también se terminan,y cuando pasé la última hoja, pensé, que pena, me he terminado el libro y ya no tengo nada que leer en este tramo del viaje, no había terminado de elevar ese pensamiento cuando se me acerco una chica que estaba allí con su familia con un libro en la mano y me dijo, ¿lo has leído?, no podía creerlo, le dije que si, era un libro de Deepak Chopra y me dice espera, y me trae otro más antiguo de él también, para prestármelo, ni que deciros tiene que nos pusimos a charlar, teníamos un montón de cosas de las que hablar, ella maestra de Reiki, yo tercer nivel, ella me preguntó por Suzanne  Powell, no podía creerlo, cuando la dije que la conocía, de cuando tomamos el tercer nivel de Zen en Irlanda y es que ella en estos días está dando unos seminarios en Argentina, y muchas cosas, del sentido de la vida, de la conexión, de las terapias…incluso me dio unas nociones sobre la fecha de mi nacimiento, basándose en la numerología, lo que también me sorprendió para bien pues no hacía ni 24 horas que con Flavia habíamos estado hablando de este tema, ya que ella conoce a un numerólogo muy bueno que está en Buenos Aires, me dijo cosas muy interesantes muy acordes con mi vida.

Os podría escribir aquí todo lo que hablamos pero lo guardo para mi, lo que quiero contar es que las almas se reconocen entre si, y que cuándo esto ocurre es una alegría inmensa, porque le da sentido a muchas cosas, hay que romper la coraza en la que vivimos, la rutina que nos hace estar desconectados de nuestra esencia y dejar actuar a nuestra intuición, a veces los impulsos son necesarios, dejémoslos salir.
Elizabeth, fue un gusto conocerte y pasar la tarde contigo, no podía faltar el mate para acompañar el encuentro y ahí al borde de la piscina de verdad que me sentía muy bien a tu lado, gracias por tus palabras y consejos y seguro que estaremos en contacto para contarnos cómo van nuestros nuevos proyectos de vida, tú en seguida supiste leer el mío.