Lo primero que ves desde el avión es un terreno lunar, si estás del lado derecho de avión ni siquiera se ven las montañas y parece que vas a aterrizar en mitad de un terreno árido, lleno de marrones y dunas, nunca he estado en la luna, pero yo me la imagino así. Esta vez ya había organizado un remix para que me llevasen del aeropuerto al hostel, y es que estos hosteles funcionan fenomenal, mucho más económicos y tan amables.
Llegué muy cansada, pues no en vano venía desde Iguazú, en la otra punta del país y ya había pasada unas cuántas horas en el aeropuerto de Buenos Aires, aún así después de dejar mis cosas y conocer a mis nuevos compañeros de cuarto, me fui a conocer el pueblo, que es chiquitín, pero que está creciendo a un ritmo asombroso debido en gran medida al turismo, todo son casa bajitas con un montón de negocios que ofrecen todo tipo de excursiones.
De vuelta al hostel, este se llama America del Sur y si bien tienen una habitación adaptada hay 3 escaleras para entrar, pero ya ellos me dijeron que me ayudarían a subirlas y todo bien, cene algo que preparamos en la cocina y me fui a dormir pronto, lo necesitaba.
Hoy a las 7,30 ya me han pasado a buscar para hacer la excursión que contraté ayer, visita al parque de los Glaciares, paseo por las pasarelas del Perito Moreno y excursión en barco para acercarnos lo más posible. Para llegar al parque situado a unos 80 Km, más o menos, vas bordeando el inmenso lago Argentina, de 100 Km de largo y 30 de ancho, es precioso, un color azul intenso y cómo la navegación particular está prohibida, no se aprecian barquitos, ni veleros, ni lanchas, todo eso que vemos en España, también porque si te caes no aguantas más de 5 minutos de hipotermia, enmarcado por los Andes, con sus altas cumbres nevadas, es un paisaje de postal, sin embargo al otro lado del lago el paisaje es árido y seco, aunque os parezca curioso, pero una vez que pasamos al parque ya empezamos a ver árboles que debido a la gran pureza ambiental todos tienen como barbitas o líquenes, en pocos sitios del mundo se puede ver, es genial.
La primera vista del glaciar impresiona y este estado va aumentando según te acercas y ves en perspectiva la pared de 30 metros de altura, además se van desprendiendo trozos enormes que hacen un ruido impresionante, hay que estar muy pendientes, aunque es difícil captarlo con la cámara, es tan rápido.
La primera parada ha sido para hacer la excursión en barco, merece la pena quedarse en cubierta y aunque el día estaba genial, despejado y sin viento, según te vas acercando se va sintiendo un frío intenso, pero forma parte de la experiencia, es un frío puro, la excursión dura 1 hora y nos acercamos bastante a la pared del glaciar.
De aquí vuelta al autobús y llegamos hasta el punto dónde empiezan las pasarelas por las que puedes ir acercándote y en distintas plataformas observar el glciar desde arriba, todo lo que es diga es poco, impresiona de verdad, todo, la energía, la fuerza, el color, el sonido, el olor…Si podéis no dejéis de venir a ver esta maravilla de la naturaleza, ya que millones de años nos contemplan.
Ahora aviso a los que vengáis con la silla incorporada, para llegar allí se va en autobús, con lo cuál a mi me han subido y bajado en brazos, sin problemas, vuelvo a insistir en la amabilidad argentina, la entrada al parque cuesta 100 pesos a extranjeros, creo que 40 a argentinos, pero a discapacitados más 1 acompañante es gratuito, la excursión en barco tampoco me la han cobrado y eso que otra vez me han alzado para entrar, todo bien, en cuánto a las pasarelas, el primer tramo es accesible, todo rampas hasta el primer mirador, luego ya no, hay escaleras, ahí no se puede acceder y para subir, os aconsejo que pidáis ayuda, es lo que he hecho yo, también es cierto que ya hay un ascensor construido y todo, pero no funciona porque aún no se ponen de acuerdo sobre quién lo tiene que pagar, cosas de este país.
Pues lo dicho, si tenéis ocasión venid a conocer el Calafate y su maravilloso marco de glaciares.
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