Piramide de Luz

Aquí es dónde he estado toda 1a semana, sin wifi, sin Internet, sin movil y sin ganas de nada de eso, quería disfrutar del mágico lugar al que llegué y en el que me invitaron a quedarme, me han pasado muchas cosas, he conocido gente muy, muy especial, he vivido momento de una intensidad enorme y no se hasta que punto puedo compartirlo con vosotros, pero creedme, si todos sabemos que hay un puñadito de lugares mágicos en el mundo, este es uno de ellos.
Simplemente os voy a dejar el link de su web para el que quiera leerlo, ahí está muy bien explicado el proyecto y lo que están haciendo, pero no alcanza ni por asomo a experimentarlo, yo tuve esa inmensa suerte de llegar allí el sábado pasado, a pasear, conocer y sin más intención que esa, pero el Universo ya había dispuesto otros planes para mi, y estoy enormemente agradecida de que así haya sido.
Nestor Corsi, el artífice de todo este proyecto y mayor ser de luz que yo he conocido, se acercó a saludarme, me abrazó y me invitó a quedarme una semana con ellos, esto estaba muy lejos de los planes de mi mente racional, pero al sentir todo aquello no lo dudé ni un segundo, y le dije que si, Elbita y Carlitos me acogieron en su casa, una cabañita muy pequeña que está allí mismo y me dieron un ejemplo de generosidad y amor sin igual. Compartí estancia con Ale, con Javi, con Guille, con Christian, con Mercedes y su familia y más gente por allí iba yendo y viniendo, por supuesto mi queridísima amiga Katrina me acompaño en todo esta aventura y se quedó allí también conmigo. La idea era trabajar en mi rehabilitación y había que empezar con una dieta depurativa a base de magnesio y limones, también podéis leer sobre todos los beneficios del magnesio en el organismo para sanar el cuerpo, y creedme que funciona, he visto a gente experimentar mejorías rapidísimas y vencer canceres muy importantes. Además del cuerpo, yo quería sanar la mente y el alma y aunque a muchos os pueda sonar poético, allí llegaron las personas indicadas y tuve unas experiencias increíbles con la ayuda de Ana y Oracio, con Miriam y Katrina y con el mismo Nestor, todos remaron a una para ayudarme y yo estaba allí eternamente agradecida y reconectada otra vez con mi cuerpo, con mis piernas, con las ampollas que después de tantos años me volvieron a salir en los dedos, con las sensaciones que recuperé y con los ratitos que pude ponerme de pie. Sigo con el tratamiento, siento que el trabajo está hecho y se que voy a mejorar día a día.
No quiero acabar este post sin dar también las gracias a la familia de Katrina, que me han apoyado muchísimo y me han dado todo su cariño y amor, a su mamá, a Cacho, a Flavia, a Cris, y por supuesto a Alicia y a Sol, gracias a todos de corazón.