Me declaro fan incondicional desde ya, mira que 22 horas de viaje de avión con trasbordo incluido de 7 horas en Doha, echan para atrás se mire por dónde se mire, pues os diré que si hay que hacerlo Qatar Airways es la compañía perfecta.
El personal tanto de tierra como de aire no pueden ser más amables, pero es que los aviones son la caña, los asientos muy amplios, bastante más que las compañías al uso, y lo mejor es que cada uno cuenta con su propia pantalla de televisión con un mando, en el que puedes elegir entre montones de pelis, series de televisión, videojuegos miles y hasta partidos de futbol. De Madrid a Doha nos han dado 2 veces de comer, bebida a libre disposición y chucherías varias.
Pero lo mejor de todo ha sido el gran viaje que ha hecho Chata, mi amiga y compi de esta aventura, y no es poco, puesto que ella no es que no le guste volar, como a muchos de los mortales, sino que tiene, o yo me atrevo a decir, tenía fobia a los aviones, pese a todo, algunos os podéis preguntar porque entonces se anima a hacer un viaje tan largo y tan lejos, por muchas razones, pero sobre todo porque se quiere y es consciente de que no puede dejar que el miedo la paralice, no lo ha hecho así, a las bravas, me subo en el avión y que sea lo que Dios quiera, que va, tenemos estos billetes desde hace más de 6 meses y desde entonces, se ha ido mentalizando poco a poco, ha buscado ayuda de terapeutas y apoyo de amigos y familiares, y todo ello la ha llevado a buscar la raíz del problema a trabajar en ello y con los días ir disminuyendo la ansiedad y la angustia.
En fin que estoy súper feliz de haber sido testigo de primera mano de la enorme capacidad que cada uno de nosotros llevamos dentro, del valor y la valentía de buscarla y seguir hacia delante.
También hemos tenido alguna nota de color en la parada en Doha, pues no todo iba a ser tan fácil, nuestro plan inicial era pillar un taxi y darnos un paseo por el zoco de la ciudad, pero no ha podido ser, ya que pese a nuestra insistencia sobre que necesitábamos mi silla para el trasbordo, aquí las normas son otras, la facturan directamente con las maletas hasta Seúl, y mientras tanto te prestan un tractor de la post guerra de hierro armado, con esto quiero decir que hay que hacer músculo para moverte por el aeropuerto, y esto también va para los papás que viajen con sillitas de bebe, olvidaros de recuperarla durante la escala, os prestan una del pelo.
En fin, en principio un rollo, pero luego ha sido hasta divertido movernos con el tractor por el dutty free del aeropuerto, dónde no deja de sorprenderme las mujeres árabes con sus atuendos negros en los que sólo se les ve los ojos, la cantidad de indios y en definitiva un crisol de razas y colores. Pero eso si, wifi free, food free, drink free.
Por cierto creo que aún no os había contado que íbamos vamos a Seúl ¿verdad? Allí nos están esperando y desde allí volveremos a volar, pero eso ya será otro post.
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