Si, si y si, en 1 semana estaré aterrizando en Mexico, qué
ganas, qué ilusión, vuelven las mariposas renovadas en el estomago, la emoción
y la expectativa al emprender una nueva
aventura, de conocer un país tan grande y variopinto.
Se que muchos que me conocéis y ahora estéis leyendo estas líneas
estaréis pensando que no paro, y en cierto modo puede ser así, este año he
tenido la inmensa suerte de viajar un montón, a lugares super especiales para mi, de
descubrir y también de probar mis limites, conocerme y regalarme la experiencia
de tomar distancia y ver las cosas con otros ojos. Y que os puedo decir,
viajar, que no hacer turismo, engancha, o por lo menos a mi me engancha, y cómo
soy de las que creo que las oportunidades hay que aprovecharlas, y qué las cosas no
pasan porque sí, pues aquí estoy, preparada para México.
Y el destino no ha sido algo elegido al azar, desde hace años
era una asignatura pendiente, porque
desde hace años que cuento en mi vida con “baldosas amarillas” mejicanas, si me
seguís habitualmente ya sabéis a que me refiero con lo de baldosas amarillas,
esas personitas que el universo te regala para hacerte más fácil el camino.
En fin que me pongo cursi, romántica y nostálgica y no
quiero, sólo quiero ir contándoos que me voy a México, con dos amigas, que os
presentare pronto, si ellas dan el visto bueno a esto de una exposición pública
en internet, que aterrizaremos en el DF dónde tenemos contactos y amigos que
nos van a acoger de mil amores, lo sabemos y que luego emprenderemos una
aventura SLM (sobre la marcha), muchas ideas, muchos sitios a los que nos gustaría
ir, pero poco tiempo, 3 semanas, así que nos dejaremos guiar por nuestra
intuición y por la propia inercia del viaje.
Os iré contando o por lo menos lo intentaré.